8 dic 2013

Trayectoria reciente de Paco Conti


Fue de noche, en el invierno de La Línea de la Concepción en Cádiz, que me encontré con tres mujeres asomadas a un balcón sobre un fondo negro.
 



 
Desde entonces, hace ahora doce años, sé que necesito una fuga. Por aquel tiempo Paco venía de la política y sus obras representaban pasajes y situaciones grotescas fruto de las reuniones y las controversias del desempeño de un cargo público. 


 


Más tarde toreros, flamencas y besos castos llenaron La Carbonería en Sevilla de ironía y sarcasmo.

 

 
 


 
Luego fueron los gatos, los peces y las meninas con instrumentos musicales en la galería Haurie de Sevilla.

 
 
 

Yo sabía que necesitaba una fuga pero aún no era el momento. Las meninas fueron asesinadas por el propio artista en una exposición en Los Ángeles (USA) con la galerista G. Aeberhard.

 



 
Y, de repente, como pasan estas cosas del arte, apareció el horizonte como memoria remota que mezcla el ocre de la Andalucía interior, donde Paco nació, con el azul del Campo de Gibraltar donde vive desde hace tres décadas.

 



 

Y a mí me sirvió para encontrar mi sitio, mi fuga: un lugar de arena, agua, sal y una piedra azul que me esperan como si no hubiera días.

 

José Sánchez Hidalgo

 

 

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